El rock psicodélico de los 70, la Nova Cançó, el rock de los 80, las incursiones mod, la rumba, el indie, el hardcore de los 90, la música mestiza, el punk de extraradio… Barcelona, como tantas otras ciudades, ha visto pasar diversos movimientos musicales durante las últimas décadas. Hace algunas semanas nos planteamos un juego: una ruta por diferentes lugares de la ciudad a partir de portadas de discos. Hoy, ampliamos la lista hasta las 40 portadas incluyendo algunas de las sugerencias que nos habéis hecho los lectores.
Ruta 1

Cuentan que eran las cuatro de la mañana. Prince se encontraba en Barcelona durante su gira internacional de 1993, y Terry Gydessen le fotografió ante la Sagrada Familia de Antoni Gaudí. Las imágenes de aquella sesión servirían para ilustrar la portada y el libreto interior de su siguiente disco: Come (1994). Posiblemente, la portada más internacional en la que ha aparecido Barcelona.

Otro gran músico internacional que se fijó en Barcelona y en Gaudí fue el saxofonista Joe Henderson (1937-2001). Gran figura del jazz, guardonado con cuatro premios Grammy, grabó en los mejores sellos (Blue Note, Verve…). En 1978 publicó un disco titulado Barcelona, en el que una imagen del Park Güell ilustraba la portada. Henderson pasó en diversas ocaciones por la ciudad condal, donde llegó a tocar con Tete Montoliu.

Y ya para acabar con los artistas internacionales, vale la pena recordar el disco Gaudí (Arista), del Alan Parsons Project. Un trabajo conceptual que rendía homenaje al arquitecto catalán. En la portada aparecía un detalle de una escalera de la Sagrada Familia, mientras que en el interior se recogían imágenes de diferentes obras de Gaudí, como por ejemplo la Casa Batlló.

Ya en lo que se refiere a música nacional, las referencias a Barcelona en las portades de discos son variadas. Comencemos con la parte más rockera. Loquillo, per ejemplo, fue uno de los grandes cronistas de la Barcelona de los 80. En esta ocasión nos quedamos con uno de sus últimos trabajos, Viento del Este (DRO, 2016), en el que aparece en su barrio, el Clot, justo delante de la famosa Torre Glòries (también conocida como torre Agbar).

El Loco fue contemporáneo de otros músicos barceloneses incombustibles: los hermanos Gil. Grandes representantes del movimiento mod, en 1983 Flor y Nata Records les editó su primer disco, Barcelona Blues, del que ya hablamos aquí hace unos meses. La fotografía y el diseño de portada es de Manolo García (sí, el de El Último de la Fila). Pueden verse las escalinatas del Puerto donde solían atracar las golondrinas, con el edificio de la Autoridad Portuaria al fondo.

También en el centro de la ciutad, nos encontramos con otro símbolo cultural de Barcelona (para bien y para mal): el Palau de la Música. Son muchos los discos que se han grabado allí. Podemos recordar el famoso Raimon al Palau, con una portada en la que se veía una bonita perspectiva del recinto. Pero nos hacía gracia recordar otra portada, en este caso del disco en directo que grabó allí Rosendo en 2011. En la imagen se ve al músico madrileño en primer plano. Al fondo, los clásicos motivos que decoran las paredes del edificio diseñado por Domènech y Montaner.

Todavía debemos retroceder algunos años más, hasta 1975, para encontrar uno de los discos más emblemáticos de la música catalana: Qualsevol nit pot sortir el sol (Edigsa) de Jaume Sisa. El aventurero galáctico de la cançó utilizó en portada unas imágenes del Palacio de Montjuïc, sede del MNAC. El diseño gráfico fue de la artista Silvia Gubern.

Fue precisamente en esa época cuando Sisa comenzó a colaborar con Melodrama, un grupo de espíritu pop que acabaría disolviéndose a mediados de los 80. Algunos de sus integrantes originales retomaron el proyecto en 2010 con un nuevo disco, Dilluns a Tànger (Mitik Records). En la portada se podía ver una bonita postal nocturna del parque natural de Collserola.

En aquella portada de Melodrama se podía intuir el Parque de Atracciones del Tibidabo, y allí es precisamente donde se cocinó la portada de Atalaya (1981, EDI), tercer disco de uno de los grandes de la rumba: el Gato Pérez. Hay que fijarse un poco, pero detrás del músico aparece la silueta de la atalaya, una de las atracciones emblemáticas del parque. «El tranvía color cielo subirá sin rechinar, hasta que se oxide el tiempo en el pie del funicular», dice la canción.

De maestro a maestro. Es la hora de Peret, de la Barcelona olímpica y de aquella Gitana Hechicera que el mítico patriarca de la rumba compuso para la clausura de los Juegos. En el disco que editó el sello PDI también aparecían Los Amaya, y en portada se podían ver algunos edificios y monumentos clásicos de la ciudad.

Fue precisamente para reivindicar la rumba catalana que hacia el año 2002 surgió Som la rumba, un colectivo de músicos rumberos de la ciudad. En su único disco publicado (lo hizo el sello Satelite) se podía ver a unos músicos tocando en la calle de la Cera, ese pequeño rincón del barrio del Raval donde se considera que nació la rumba catalana.

Y si hablamos de rumba, de rock y de fusión, llegamos a lo que en su momento se llamó mestizaje. Para entender lo que podía englobar aquella etiqueta, lo mejor es escuchar Zona Bastarda (2002, Organic Records). Un amplio recopilatorio que en portada mostraba un mapa del barrio del Raval y que puede considerarse, en si mismo, una radiografia de una época.

Allí aparecían músicos muy dispares. Y uno de ellos era Quimi Portet, exmiembro de El Último de la Fila, de quien hemos recuperado la portada del single La Rambla, precisamente la canción que se incluía en Zona bastarda. La portada era una foto antigua de unas Ramblas muy concurridas.

Otro de los grupos incluídos en aquel recopilatorio era Ojos de Brujo. Y de ellos recordamos la portada de su segundo disco, Vengue (2001, Edel Records). Para la sesión de fotos el grupo se fue a la otra punta de la ciudad: los búnkers del Carmelo. Un lugar todavía poco transitado en esa época, antes de que apareciera en las guías turísicas. Y desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes.

Ya para acabar, toca hablar de otros estilos musicales que han inspirado portadas ligadas a la iconografía barcelonesa. Vamos con Doctor Calypso, uno de los grandes (quizás el más grande) grupos de ska de la ciudad. En 2013 grabaron Sempre Endavant (Propaganda pel Fet) y en portada se les podía ver en una estación de la línia L2 del metro, en concreto la de la Verneda. Una imagen muy identificable para cualquier barcelonés, pero lejos de la monumentalidad de Gaudí y de las clásicas atracciones turísticas.

Otra portada que nos habla de Barcelona pero huye de lugares comunes es la de Meridiana (2016, Buena Suerte), el primer disco en solitario de Enric Montefusco, exlíder de Standstill. En la foto antigua de portada aparece de fondo la Meridiana, y en el interior pueden verse imágenes del antiguo canódromo y de las «casitas de colores» (como dice la canción) que se ven cuando se entra a la ciudad.

Otro lugar bien conocido para cualquier vecino de Barcelona es el parque de la Ciutadella. Su estanque, con sus barcas, viene a ser el equivalente (algo reducido) del Retiro madrileño, y allí se fotografiaron Genís Segarra y Carlos Ballesteros de Hidrogenesse para la portada de su tercer disco, Bestiola (2008, Austrohúngaro).

El disco que cierra esta pequeña lista de portadas de marca Barcelona es también de los dosmiles, y fue el que grabó Facto Delafé y Las Flores Azules en 2005 (Warner). Con el título Facto Delafé… vs. El monstruo de las Ramblas, no había duda de que estábamos ante una mirada optimista. En portada, una imagen luminosa de la ciudad, con su frente marítimo, sus edificios y sus grúas de edificios en construcción.
Ruta 2

En esta segunda parte de la ruta de portadas por Barcelona el toque internacional viene de la mano de The House of Love, grupo pop de los 80. Los británicos ilustraron el single de su tema más célebre, Shine on (1989, Fontana), con una fotografía en la que los miembros del grupo aparecían en el Parque Güell y que tomaron aprovechando un concierto en Barcelona. Una portada que descubrimos gracias a la lista de localizaciones que nos dio a conocer Emi Serrano.

Esa misma lista nos ha descubierto algunas localizaciones desconocidas para nosotros como por ejemplo la del famoso Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana (1985, PDI) de El Último de la Fila. Al parecer, los edificios que aparecen detrás de Manolo García y Quimi Portet son los del Pasaje Gallart (derruidos ya hace años) del Poblenou, en el mismo barrio donde creció Manolo.

Otro músico coetáneo a Manolo y Quimi y también con larga trayectoria es Loquillo. En nuestra primera ruta ya hablamos de Viento de Este. Pero Winslow Leach nos recordó que la portada más barcelonesa que ha dado el músico del Clot es la de Morir en primavera, que grabó junto a los Trogloditas en 1988 (Hispavox). Aparecían sentados y fumando en unas mesas de Els 4 gats, un local símbolo del modernismo y de Barcelona.

A la Banda Trapera del Río la identificamos con Cornellá, pero ellos mismos nos hicieron notar que la fotografía de una de sus portadas más recordadas, la de Guante de Guillotina (Okay 1993), se tomó en Barcelona. Concretamente en el Hotel Urbis, que estaba en la parte baja del Passeig de Gràcia. Nuestros amigos posaban vestidos con trajes de Antonio Miró ante la cámara de Salvador Costa.

En la línia del punk-rock más callejero, añadimos un par de portadas. La primera, la de Frenopaticss, un grupo de principios de los años 80 que tuvo una carrera corta pero bastante influente en la escena punk local. En su momento solo editaron unas cuantas canciones para un recopilatorio hardcore internacional. Esos fueron los temas que en 2015 aprovechó el sello Vomitopunk para editarles un Ep. En portada se puede ver una construcción derruida cerca del barrio de San Andreu.

La portada nos recuerda a otra que nos enseñaba a través de las redes Juanito Piquete. Se trata del recopilatorio Barcelona Explota editado por Tralla Records en 1991. En plena euforia preolímpica, la portada muestra unas obras en las que aparece el hotel Arts de fondo. En el disco participan Juanito Piquete y los Mataesquiroles, Mardita Sea, Sindicato del Globo y Alambique.

En los 80 Barcelona vivía, como el resto de España, una explosión de diferentes movimientos musicales. Uno de los grupos que coqueteaba con los sonidos siniestros pero desde un punto de vista más ecléctico y romántico era Claustrofobia. Impulsado inicialmente por Pedro Burruezo y María Jose Peña, experimentaba también con el flamenco y con ritmos latinos. En 1986 grabaron El Silencio (Justine). En portada se les veía caminando por la falda de Montjuïc, con el puerto de fondo (nos lo recordaba Ramon A. Rojas).

También en los 80 se formó una banda que bebía fundamentalmente de la tradición mod: los Brigatones. Continuadores de Brighton 64 (con Albert y Ricky Gil a la cabeza), solo grabaron un disco, 20 días y 20 noches (Gring, 1989). Los compañeros del sello Flor y Nata nos comentaban que el tejado que aparece en portada es el del edifico de la calle Comte Borrell, en el Eixample, donde vivía Albert Gil.

El Eixample muere en la Diagonal y al otro lado de la avenida encontramos el Turó Parc, donde en los años 60 Los Mustang posaban para su EP Socorro (1965, La voz de su amo). En la portada aparecían los miembros del grupo junto a una estatua de nombre La ben plantada. La escultura la realizó la artista Eloisa Cerdán en homenaje al escritor Eugeni d’Ors.

Un par de años antes, el mismo sello editaba un disco de un músico, en este caso de éxito internacional, que saludaba al público español desde la montaña del Tibidabo. Cliff Richard y The Shadows aparecían delante del templo del Sagrado Corazón en el disco A mis amigos de España (1963), en el que interpretaban cuatro temas en español.

De esa misma época es esta portada de Los Tops, grupo ye-ye que había tenido cierto éxito comercial junto a la cantante Cristina. En Tal vez mañana (1970, Belter) aparecen junto a la réplica de la carabela Santa María que durante 40 años estuvo amarrada en el puerto de Barcelona. Por cierto, en 1991 fue retirada y el casco fue abandonado en un cementerio submarino en la costa del Maresme.

El pop-rock de los 60 dio paso a otros sonidos más psicodélicos. Uno de los pioneros en España fue Jaume Sisa, que ilustró varias de sus portadas con escenas de Barcelona. Ya hemos hablado de Qualsevol nit pot sortir el sol, y en 2005 editó un disco, El congrés dels solitaris (Discmedi), en el que se veían las Tres Xemeneies, uno de los símbolos del barrio del Poble-sec. Debajo, incluso se intuían las letras luminosas del Teatro Apolo.

La irrupción de Sisa coincidió con la explosión de la Nova Cançó. Y una de las voces femeninas de aquel movimiento fue Mercè Madolell, que tuvo una carrera destacada pero también efímera. En 1966, con la ayuda de Josep Maria Espinàs, del sello Concèntric, editó un EP de cuatro canciones titulado Canta Jacques Brel que se ilustraba con una preciosa fotografía de Juli Ubiña en la Estación de Francia.

Y del rock sinfónico y la Nova Cançó a la rumba catalana. En los 60 también nació en Barcelona una de las formaciones de rumba más populares del país: Los Amaya. El escritor Javier Pérez Andújar nos hizo recordar la portada del disco Los Amaya y su combo gitano (1971, Emidisc), que se abría con el famosísimo Caramelos. Los músicos aparecen en la calle dels Arcs, en el corazón del barrio Gótico. Posan delante de un edificio del 1910 que ahora ocupa una cadena de hoteles.

Subiendo el Portal del Àngel y el Passeig de Gràcia nos acabamos topando con una de las grandes atracciones arquitectónicas de la ciudad: la Pedrera. Ha aparecido en diversas portadas de discos, pero nos quedamos con De la resistencia a la revolución (1997 AHC Records), de Manifesto. Este grupo formó parte de la escena hardcore de los 90. Aportaban unas letras muy comprometidas con el socialismo y el antifascismo. Uno de sus miembros llegó a ser regidor del Ayuntamiento de Barcelona por la CUP durante un tiempo.

Ya en el siglo XX, encontramos otra portada en la que puede intuirse una fachada histórica de la ciudad, en este caso la del Teatro Coliseum, construído en 1920 (nos lo señalaba Iván Alcaraz). Se trata del disco Descarado de Carlos Ann (2005, Karonte), en el que el músico desplega su mezcla de sonidos electrónicos y rock acústico.

También data de 2005 una portada que nos muestra el espíritu más combativo de la ciudad. Vemos unas vías de tren y a la izquierda el edificio de Can Vies de Sants, que acogió un centro autogestionado de gran actividad cultural y que acabaría viviendo un polémico desalojo. La portada pertenece al disco Sants Sistema (Propaganda pel fet) de Pirat’s Sound Sistema, uno de los grandes representantes del sound system barcelonés.

Durante los dosmiles empezaron a tocar también algunos de los músicos que forman actualmente Hijos del Trueno, una especie de supergrupo barcelonés integrado por antiguos miembros de Tarántula, Manos de Topo, Surfing Sirles y Les Sueques. En Sorprendentes adelantos (2019, Volcán Música) mezclan sonidos latinos con música tradicional local y algunas cosas más (rumba-ficción, dicen ellos). En portada, como nos hizo notar Cándido Querol, una imagen del puerto, bajo la faldilla de Montjuic.

También cerca del mar, pero en la parte de Poblenou, se sitúa la portada de Un dígito binario dudoso. Recital para Alan Turing (Austrohúngaro) de Hidrogenesse. Hablábamos en nuestra primera ruta por Barcelona de la portada de Bestiola, en la que Carlos y Genís aparecían en la Ciutadella. El mismo grupo nos comentó que la preciosa fotografía de Un dígito… se tomó en una antigua fábrica de la calle Álaba, una zona repleta de grandes naves.

Este recorrido musical por Barcelona lo cerraremos con el jazz, un género que también ha tenido su espacio de la ciudad y que ha dado grandes figuras. Como ejemplo tres portadas que simbolizan tres etapas. La primera es la de Clot 20 (1976 Edigsa), de Blay Tritono, que nos apuntó Carlos Gervás. En ella aparece una de las casitas que todavía hoy en día se mantienen en pie en la calle del Clot. Joan Josep Blay impulso este conjunto que mezclaba jazz y música tradicional catalana.

Nuestra segunda portada jazzística es la de Un circ sense lleons, el disco que el Llibert Fortuny Quartet (integrado también por Albert Bover, David Mengual y Marc Miralta) grabó junto a Perico Sambeat en 2004 (Nuevos Medios). El saxofonista Llibert Fortuny ha sido una de los jazzman más prolíficos de la escena nacional de las últimas décadas. En la portada de aquel disco aparecía justo delante de una Torre Glorias, que en aquel momento se estaba acabando de construir.

Por último, acabamos con una de las grandes figuras que ha dado la música en Barcelona en los últimos años: Andrea Motis. Formada en la escuela de música de Sant Andreu, saltó a la fama siendo casi una niña y pese a tener solo 25 años su voz y su trompeta ya han recorrido medio mundo. En 2014 grabó junto a Ignasi Terraza, Josep Traver y su inseparable Joan Chamorro un disco en directo grabado en el hotel Casa Fuster (Jazz to Jazz). En la portada pueden apreciarse los espectaculares sofás del Café Vienés del hotel, ubicado en un edificio de Domènech i Montaner, donde solían organizarse conciertos de jazz.
…y para escuchar:
‘LA RAMBLA’, DE QUIMI PORTET. Un paseante de Vic hizo un certero dibujo del que se considera uno de los tramos de calle más transitados del mundo.
‘GITANA HECHICERA’, DE PERET. Compuesta expresamente para cerrar la noche del 9 de agosto de 1992 unos Juegos Olímpicos que, para bien o para mal, cambiarían la ciudad. El mundo bailó rumba representado por unos atletas que no querían bajar del escenario.
‘MERIDIANA’, DE ENRIC MONTEFUSCO. Recuerdos autobiográficos de infancia del antiguo líder de Standstill con un retrato de la avenida de entrada a la ciudad más utilizada antes de los noventa.
‘ROMPEOLAS’, DE LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS. Antes de haberse fugado de la ciudad, El Loco evocaba lugares que fueron míticos como la Avenida de la Luz, el Merbeyé o el Rompeolas en este tema del disco Morir en Primavera.
‘QUERIDA MILAGROS’, DE EL ÚLTIMO DE LA FILA. Este manifiesto antibélico en forma de carta póstuma del soldado Adrián ya mostraba la táctica ganadora de El Último: la suma de la rauxa de Quimi con el deje falamenco de Manolo.