
2022 / Rafael Berrio fue un rara avis, un músico capaz de pasar del rock ruidoso a la chanson con total naturalidad, sin perder nunca esa mirada tan escéptica y profunda. Un músico, también, que pese a no haber obtenido grandes éxitos comerciales y no haber estado adscrito a ninguna moda, ha sido reivindicado por músicos muy diversos. Especialmente en su tierra, San Sebastián. Colaboró como letrista con La Oreja de Van Gogh; no sería descabellado pensar que sus canciones dejaron huella en algunos integrantes del Donosti Sound de los 90 (Family, Le Mans…) y tuvo una relación especialmente estrecha con sus amigos de Duncan Dhu.
Berrio murió en marzo de 2020 a los 56 años y, como si hubiese costado digerir el legado de un músico tan escurridizo, se ha tardado más de dos años en editar este disco homenaje, La vida que amo (Warner). En él aparecen, versionando sus temas, gente como Tulsa, Raúl Bernal, Diego Vasallo, Mikel Erentxun, Jose Ignacio Lapido, Quique González o Fino Oyonarte de Los Enemigos.
La foto que ilustra La vida que amo es de Thomas Canet, prestigioso fotógrafo que ha colaborado para artistas tanto internacionales (Neneh Cherry, Sidnéad O’Connor…) como nacionales, y que mantenía una buena relación con Berrio. De hecho, ambos compartieron hace unos diez años el proyecto Lieder, una especie de exposición multidisciplinar en el que se trataba el romanticismo del siglo XIX desde diferentes expresiones artísticas: música, fotografía, pintura… Ahí estaban, aparte de Berrio y Canet, Diego Vasallo, Suso Sáiz y Joserra Semperena.
La imagen que abre este homenaje, en realidad, nos ha recordado a la portada de uno de los discos que Berrio grabó en vida, concretamente en 2015: Paradoja. Parece como si los dos retratos dialogasen a través de los años.
Los dibujos, incluído el de portada, los hizo Detritus, prestigioso creador punk nacido del arte urbano de los 80. Y el diseño fue de José Luis Lanzagorta (Cheli para los amigos), guitarrista original de la Orquesta Mondragón. Javier Gurruchaga ha explicado en alguna ocasión que en 1976 él y algunos amigos suyos fueron a Barcelona a ver en directo a los Rolling Stones y que de vuelta decidieron que debían montar un grupo de rock. En aquel viaje iniciático estuvo Lanzagorta, que al cabo de poco se orientó al mundo del diseño y acabó firmando portadas para grupos y músicos como Duncan Dhu, Mikel Erentxun, Amateur, Puskarra o el propio Joserra Senperena.

La vida que amo salió a la venta hace un par de semanas. Y nos apetecía rescatar la música de Berrio. Ya que hemos emparejado la portada de este disco homenaje y la de Paradoja, proponemos recuperar una canción de aquel disco, que quizás sea el más rockero del músico vasco.
Para escuchar:
‘MIS AYERES MUERTOS’. Tema versionado por Toni Brunet, guitarrista de Quique González. El original tiene un sonido más oscuro en la voz nasal de Berrio pero la versión mantiene el intenso crescendo a lo Lou Reed y estremece oír esa reflexión retrospectiva de la vida en ausencia del autor.