
2001 / Javier Aramburu es seguramente el gran diseñador de portadas del pop rock español. Especialmente si nos referimos a la parte más indie del tema. Muchos lo identificarán como autor de las portadas de Los Planetas (en este blog ya hablamos de la historia que se escondía trás la/s carátula/s de Pop, por ejemplo). Pero uno de los músicos con los que más veces ha trabajado ha sido Fernando Alfaro. Empezaron a colaborar en la etapa de Surfin’ Bichos y la relación se hizo más intensa con Chucho. Hoy hablaremos de la portada de Los Diarios de Petróleo (Virgin). Una imagen que resume el porqué de uno de los discos más personales del músico albaceteño.
Pese a que había pasado por Surfin’ Bichos (con la exitosa Fuerte a sus espaldas), Alfaro todavía era un rockero precario a finales de los 90. Y se ganaba la vida trabajando en una gasolinera. Allí escribió lo que él mismo tituló Diarios de petróleo, al estilo de la novela de Jim Carroll The Basket Diaries. Ya hacía cuatro años que tocaba en Chucho, y aquellas notas escritas entre surtidores son las que le sirvieron para componer las canciones de un nuevo disco. En principio tenía material suficiente para editar un disco doble, pero por deseo de la discográfica acabó saliendo un primer volumen en 2001 que al cabo de poco tiempo se completó con el resto de canciones en una caja triple.
La portada inicial de Los Diarios de Petróleo fue obra de Aramburu. Mostraba los dos ingredientes autobiográficos de esta historia de rock y precariedad: los blocs de notas y la gasolina. La imagen parecía dar en el clavo. Como suele pasar con el diseñador vasco.
Durante los últimos años Alfaro ha ido alternando los discos de Chucho con otros proyectos personales. El grupo sacó Corazón roto y brillante (Intromusica) en 2020. En este caso, no con portada de Aramburu, centrado desde hace tiempo en el mundo de la pintura, sino de Ana Cuevas, también colaborada habitual desde los tiempos de Hermanos carnales.
La canción
‘ABRE TODAS LAS VENTANAS’. Este tema que abre el primer fragmento incluye varias canciones en si misma. Estrofas de batería acelerada, pasajes instrumentales con vientos circenses; estribillos de coro cariñoso y de nuevo estrofas con fondo de acordeón virtual. Sin olvidar una curiosa letra de tintes suicidas que sucede en el hotel de los estrellaos.