
1975 / Pocas personas debieron vivir la explosión del flamenco y el nacimiento del rock andaluz de los años 70 y 80 con la proximidad y la profundidad con que lo hizo Máximo Moreno. Fue compañero de aula de Silvio en la infancia. Una premonición. Muchos años después haría la fotografía del mítico disco de Barra libre (1984). Pintor y fotógrafo, también fue autor de una infinidad de portadas que sirven para recorrer aquellos maravillosos años de la música andaluza. Ilustró discos de Camarón, Paco de Lucía, Smash, Miguel Ríos, María Jiménez, Lole y Manuel, Alameda, Hilario Camacho… Hoy, no obstante, nos centraremos en el dibujo con que se abría el histórico debut de Triana. El patio (Movieplay). Uno de los títulos primigenios del rock español.
La ilustración tiene su origen en una fotografía del propio Máximo. La tomó en la Plaza del Cristo de Burgos de Sevilla, en un antiguo corral de vecinos. La imagen se incluyó en el libreto interior de Romances del Lute y otras canciones de Benito Moreno, músico y hermano de Máximo. Y al cabo de poco tiempo, se acabó convirtiendo en la portada de aquel primer disco de Triana. Según parece, Máximo cobraría unas 6.000 pesetas por el trabajo.
Pese a que en un principio el álbum no tenía título, ha acabado pasando en la historia como El patio. Lo que demuestra la potencia de aquella portada, que escondía algunos pequeños secretos. El padre de Máximo, por ejemplo, había fallecido hacía poco y el pintor lo hizo aparecer en una de las ventanas inferiores.
El patio tuvo unos primeros meses de vida discretos a nivel de ventas y repercusión, pero poco a poco Jesús de la Rosa, Eduardo Rodríguez y Juan José Palacios Tele fueron acumulando seguidores. Su universo creativo se apagaría en 1983 con la muerte de Jesús, pero hoy en día a Triana se la considera, obviamente, una de las grandes bandas del rock español. Por cierto, Máximo Moreno dibujaría también otra portada magnífica para el grupo sevillano, la de Hijos del agobio.
La canción
‘EN EL LAGO’. Eduardo Rodríguez Rodway sitúa la composición de este tema en los Lagos de Serrano, en la Sierra Morena de Sevilla. Parece que un paseo en barca de Jesús de la Rosa con un amigo se convirtió en un viaje lisérgico en que el agua reflejaba sueños. Y esa glosa de lo natural en pleno cuelgue de LSD con su inconfundible entrada de riff de órgano sacramental se convirtió en un clásico del flamenco progresivo que han versionado desde Antonio Flores a Medina Azahara pasando por Los Coronas y Parrita.