
1979 / El grupo liderado por Morfi Grei y Tío Modes fue uno de los grandes pioneros del punk-rock español. Pese a que sus primeros pasos coincidieron cronológicamente con la explosión del punk en Gran Bretaña, la realidad es que su música y su actitud chocaban frontalmente con la mayoría de la música que se estaba haciendo en ese momento en España. Comprometidos con los problemas de su gente (se criaron en el barrio de San Ildefonso de Cornellá) y amigos de la provocación y la bronca, tenían poco que ver con la estética de la incipiente Movida y menos aún con la del rock layetano. En 1979 publicaron un primer disco histórico, venerado por diferentes generaciones, en el que destacaban temas míticos como La regla, Curriqui De Barrio o Ciutat Podrida.
La portada de aquel disco mostraba a los componentes del grupo de espaldas a la cámara de Salvador Costa, amigo y fotógrafo habitual del grupo. Y ha quedado no solo como una de las imágenes icónicas del grupo sino también como el recuerdo de la surrealista relación que les unió durante aquellos años al sello Belter. Se trataba de una discográfica que había crecido gracias a los éxitos de la canción ligera más casposilla (Manolo Escobar, el Fary, José Guardiola…) y de grupos infantiles como Parchís o Regaliz. A la hora de producir el disco, como era de esperar, no hubo demasiada sintonía con los técnicos de la compañía. Tardó mucho en salir a la venta por cuestiones logísticas y en la portada, en la que el grupo daba la espalda a la cámara rodeado de basura, parecía como si Morfi y compañía quisieran boicotear a la propia discográfica.
La imagen de aquella portada ha acabado siendo un emblema del punk nacional. También una de las grandes imágenes icónicas que dejó Salvador Costa, gran cronista del punk primigenio que murió en 2008. Pero toda la historia que rodeó al disco fue un despropósito. En el documental Venid a la cloacas de Daniel Arasanz (2010), el grupo explica que la promoción del disco por parte de Belter fue inexistente. Y el que fuera mánager del grupo, Carlos Carrero, habla incluso de «estafa». «Sabíamos que se habían vendido muchas copias en algunas tiendas. Pero ellos nos decían que no se estaba vendiendo nada. Algo fallaba. Aquí se acabó la historia con Belter. Todo era una mentira flagrante».
A partir de aquel primer disco, la historia de La Banda Trapera estará marcada por grandes canciones pero también por las drogas, por la muerte de algunos de sus componentes originales y, posteriormente, por una larga lista de reencuentros que han mantenido viva la leyenda.
La canción
‘CIUTAT PODRIDA’. La banda empieza desfasando: Morfi grita «Ciutat Podrida» y explota la tralla. En català. Que se sepa que en la Ciudad Satélite hay punk autóctono. El Tío Modes remata las estrofas esperando al sólo que le convierte en el guitar hero del Llobregat. Un retrato nihilista de Cornellà y de todo el extrarradio con una letra que muestra tanto un cierto desencanto como el orgullo de barrio. Traperos…