Cuando el rock duro se fue a las barricadas


Portada de Barrio conflictivo de Barricada

1984 / En una época en que muchos grupos del heavy español (y del más allá) ilustraban sus discos con monstruos, naves espaciales y cabelleras cardadas, Barricada publicaba Barrio conflictivo. El grupo navarro hacía puro hard-rock, pero si se les acabó metiendo en el saco del rock radical vasco fue por discos, letras y portadas de espíritu reivindicativo como esta, en la que se ve a unos manifestantes lanzando piedras contra la policía. Evaristo Páramos, líder carismático de La Polla Records, lo decía en una entrevista reciente, con cierta ironía: «Para ser heavies, estaban muy bien. Eran unos heavies que decían cosas».

La semana pasada recordábamos la portada de Ansia, de Dogo y los Mercenarios, en homenaje a Juanjo Pizarro. Y pocos días después también fallecía Javier Hernández Boni, guitarra y voz de Barricada. De la larga lista de discos que grabó con el grupo navarro, nos quedamos con esta portada de Barrio conflictivo. Aunque parece que en realidad se hizo a partir de una foto difuminada tomada en Irlanda del Norte, la imagen nos remite enseguida a Txantrea, el barrio de Pamplona que vio nacer al grupo. «La Txantrea, pesadilla siniestra, eres la culpable de querer vivir en paz», decía la letra de la canción homónima.

Uno de los grandes referentes de Barricada, por estilo y por actitud, fueron los Leño de Rosendo. Y Rosendo fue precisamente quien les produjo con gran acierto en este segundo disco. Rock duro, sin florituras pero con mucha potencia (aquí Boni se empleaba a fondo) y letras comprometidas. Barrio conflictivo es un ejemplo perfecto de esta fórmula, tan sencilla como efectiva. También lo es la portada, obra de Manolo Gil, un personaje clave dentro del rock vasco. De sus manos han salido infinidad de videoclips, documentales y portadas de grupos como Kortatu, La Polla Records, Negu Gorriak o Soziedad Alkoholika.

A Barrio conflictivo le siguió No hay tregua, y a partir de aquí ya no hubo descanso. Barricada fue (y es, de hecho) un fenómeno fácil de describir pero muy difícil de replicar. Diferentes generaciones identificadas con una manera de entender el rock. Y unas letras que, pese a ser a menudo polémicas, acababan siendo coreadas en bares rockeros, fiestas de pueblo e incluso discotecas.

La canción

‘BARRIO CONFLICTIVO’. Crónica social que describe el punto caliente que era la Txantrea de la época. El Drogas quiebra la voz en un crescendo que acaba en una invitación al pogo y sentencia «Este estado policial se tiene que acabar».