Las tres portadas de discos de… Álvaro P-FF


Hace algunos meses, coincidiendo con la exposición que montaba en La Fiambrera de Madrid, nos fijamos el reto de escoger nuestra portada favorita de las muchas que ha diseñado Álvaro P-FF. Finalmente nos decidimos por una de las primeras, la del Fifteen hits that never were de Sex Museum, y ahora le pedimos a él un esfuerzo todavía mayor: seleccionar tres portadas de discos que han marcado su vida. «¿Pero cómo se va a elegir sólo tres? Eso lo hacéis para joder», nos responde. Pero no os dejéis engañar, el diseñador madrileño es todo generosidad, al menos cuando se trata de hablar de música y portadas de discos. «He empezado a estresarme pensando qué portadas elegir, pero al rato me he dado cuenta de que es un encargo mucho más fácil: no hace falta que sea LA PORTADA, sino que tenga un significado especial. Y los momentos de pasión desmedida por la música fueron en la adolescencia». Una explicación perfecta de lo que buscamos en esta sección, o sea que vamos allá con tres discazos (y tres portadas) impresionantes que se ven diferentes bajo la mirada de uno de los mejores portadistas del país:

Portada de Rocket to Russia de Ramones

‘ROCKET TO RUSSIA’, de Ramones (1977, Sire)

«Podría ser perfectamente el primero de la banda de Queens o el Road to Ruin, cuya combinación de colores (negro y amarillo) es una de mis preferidas y más utilizadas, pero creo que el Rocket reúne toda la filosofía ramone. La foto realizada por Danny Fields en blanco y negro ultracontrastado con el nombre de la banda y el disco en magenta es superpoderosa. Las chupas de cuero, los pantalones rotos, las camisetas… uniforme perfecto para cualquier chaval de 15 años que le mole el rock’n’roll. Es macarra, pero la elección del rosa para los titulares le da un aire de bubblegum pop que muestra las dos caras de la banda. Además, las ilustraciones de John Holmstrom para la contra completan su personalidad freak. Todo mola. ¡¡¡BÍBLIA!!! Además, tiene una característica que siempre me ha parecido fundamental, como consumidor y como realizador, que la portada sea camisetable”.»

Portada de Darklands de Jesus & Mary chain

‘DARKLANDS’, de The Jesus and Mary Chain (1987, Warner)

«Conocí a los Jesus a través de una cassette de mi hermano mayor con el Barbed wire kisses cuando estaba comenzando el instituto. Me moló mucho ese pop enterrado en toneladas de ruido, pero no fue hasta que vi el videoclip de Happy when it rains que me volaron la cabeza y me convertí en un fan acérrimo. Empecé a comprar todo lo que fui encontrando de la banda, de singles a conciertos piratas que sonaban a caos y destilaban litros de licor. Los Jesus se convirtieron en religión, con esa actitud pre-oasis de macarras y borrachos escoceses, mezclada con oscuridad, tristeza y a la vez brillo pop. Ahí había punk, también pop, y algo nuevo que definió el sonido británico de finales de los 80 y comienzos de los 90. El mundo indie sin ellos no habría sido igual. Podría haber elegido el Psycho Candy, que me gusta más la portada, pero por hacer honor a ese momento de epifanía viendo el vídeo de Happy..., vamos con el Darklands. Y, además, joder, que discazo!!!»

Portada de Bad music for bad people de The Cramps

‘BAD MUSIC FOR BAD PEOPLE’, de The Cramps (1983, IRS)

«De los Cramps mola todo, desde su sonido hasta su logo pasando por la guitarra corrosiva de Poison Ivy y la apelotante presencia de Lux Interior, la batería primitiva de Nick Knox…. Joder, ¡¡¡hasta el flequillo blanco de Bryan Gregory!!!! Y como no, algunas de sus portadas completaban esa imagen y ese sonido. El primer disco que me cayó en la mano fue el recopilatorio Off the bone y me reventó todo, pero cuando vi el Bad music… me giró la cabeza como a la niña del exorcista. Burrada de portada, burrada de nombre para un disco y burrada de recopilación. Portada ultracamisetable con la ilustración de Stephen W. Blickenstaff, molancia máxima.»

«Se han quedado fuera London Calling de The Clash (el disco que sin duda más me he puesto), el homónimo de los Stone Roses con la tinta dorada sobre pollock de John Squire (me gustan más los platas y los oros en las portadas que al Cigala), Hot Rail de Calexico (disco que me mostró el camino que quería seguir yo como ilustrador), cualquiera de los Hard-Ons con las ilustraciones de Ray Ahn….»