
1991 / Hace algunos meses hablamos de cómo Mario Pacheco, fundador del sello Nuevos Medios, descubrió a Golpes Bajos y los introdujo en el Madrid de la Movida. En aquel caso, fue Ceesepe quién se encangó de ilustrar la portada del primer disco de la banda gallega. Pero Pacheco, además de ser uno de los productores discográficos con más instinto de la música española, también destacó como fotógrafo, y dejó su huella en infinidad de discos. Hoy recordamos Quien no corre, vuela. Lo escogemos porque Ray fue uno de los líderes de aquel movimiento de nuevos flamencos. Y porque su muerte prematura, pocos días después de haber acabado la grabación del disco, ha envuelto de épica aquella foto de un príncipe gitano que tomaba la guitarra en lugar de la espada. Con un traje comprado, según cuenta la leyenda, en la sastrería Cornejo.
No nos extenderemos demasiado en enumerar los aciertos de Pacheco, porque son bien conocidos. Él apostó por grupos y artistas del flamenco fusión como Martirio, Pata Negra, Ketama, la Barbería del Sur… Y el catálogo de Nuevos Medios también incluye grandes referencias del pop-rock español como La Mode o los propios Golpes Bajos. Pero las imágenes que nos dejó de Ray Heredia nos conduce a la faceta de fotógrafo de Pacheco, que también dio grandes momentos. Suya es la mítica foto de Camarón en La leyenda del tiempo. Fotografió a dos monstruos como Enrique Morente y Pepe Habichuela en la portada de Despegando, a Jorge Pardo en Cicadas, y a otros muchos.

En Quien no corre, vuela, Heredia aparece encuadrado en un jardín de flores gigantes. Una idea de Liliana Romero, una de las diseñadoras de cabecera de Nuevos Medios. El disco causó un gran impacto, sobre todo en el entorno de aquellos jóvenes flamencos. Ray, además, ya había colaborado con algunos grandes de la época, como Morente o los propios Ketama. Toda su generación le señala como una gran influencia. Lamentablemente, murió de sobredosis en julio de 1991. Tenía solo 28 años.
La canción
‘ALEGRÍA DE VIVIR’. Cuando Teo Cardalda de Golpes Bajos introduce el tema con un teclado nuevaolero, Ray recita una dedicatoria cual pastor evangelista que no hace presagiar todo lo bueno que viene después. Una delicada línea melódica que se mantendrá hasta el final. Ray Heredia mezclando duende flamenco y sensibilidad pop de la forma más magistral que se vió en su generación.