
1987 / Hace algunos meses, cuando hablamos sobre la portada de El estado de las cosas de Kortatu, destacábamos uno de los temas del disco, Hotel Monbar, en el que el grupo vasco hacía referencia al asesinato, en 1985, de cuatro militantes de ETA por parte del GAL. De hecho, parece ser que Fermin Muguruza se encontraba en Bayona aquel día. Incluso participó en la persecución de los asesinos. En 1987 Kortatu sacó el recopilatorio A frontline compilation (Oihuka) y en portada utilizaron la imagen de Maritxu Pagola, madre de uno de los muertos en aquel ataque.
Solo dos días después de los hechos del Hotel Monbar, que sucedieron el 25 de septiembre de 1985, se celebraba en la localidad de Arrasate un homenaje a Pakito Arriaran, otro militante de ETA muerto hacía poco en El Salvador. Durante del acto, al que asistieron Pepa Flores (de nombre artístico Marisol) y su pareja el bailarín Antonio Gades, también estuvo muy presente el ataque de Bayona. Y en un momento determinado subió al escenario la madre de Inaxio Asteasuinzarra, uno de los fallecidos. Maritxu Pagola fue fotografiada alzando el puño y la imagen se convirtió a partir de entonces en un especie de icono abertzale. Incluso fue imagen electoral en alguna campaña.
Kortatu rescató aquella foto para A frontline compilation. Pero la historia nos conduce a una curiosa confusión. En el libreto del disco se indicaba por error que aquella mujer era la madre de Pakito Arriaran.
El encargado del diseño del disco fue Manolo Gil, figura omnipresente del rock radical vasco. De hecho, ya hemos hablado aquí de algunas de sus portadas: Barricada, La Polla Records, Tijuana in blue… En cuanto a la parte musical, el recopilatorio incluía algunos de los temas más comprometidos políticamente de Kortatu. No podía faltar Hotel Monbar, La línea del frente ni la popularísima Sarri Sarri.
La canción
‘SARRI, SARRI’. Este vertiginoso ska original de Toots and the Maytals sirvió al grupo vasco para explicar la historia de los dos miembros de ETA presos que se fugaron en el interior de dos altavoces tras finalizar un concierto en la cárcel del cantautor Imanol. Después fue la pieza que necesitaban aprender todas las orquestas para afrontar el cierre de las fiestas de pueblo sin quejas del público de última hora.