Hace algunos meses, cuando explicamos la historia que había detrás de la portada del mítico Buen Ser-vicio de Desechables, tuvimos cierto problema con Instagram: el post desapareció misteriosamente porque la red, como se sabe (pero nosotros habíamos olvidado), es alérgica a los pezones (femeninos, eso sí). Lo hemos recordado estos días cuando Tulsa ha compartido en sus redes que la portada del primer single de su nuevo disco (en la parte superior izquierda) ha sido censurada en algunas plataformas. «Nos han censurado la portada del single en plataformas por unos pezones. QUÉ PASA? Ahora se retrasa todo, más trabajo… Estamos muy mal, eh», explicaba. Al menos, en esta humilde web dejaremos constancia de la portada original. La foto es obra de Javi Bejarano, a quién podéis seguir en Instagram, y la modelo es Socorro Anadón, actriz, productora y profesora de teatro de larga trayectoria.
La inflexibilidad de las redes nos ha hecho unir mentalmente las portadas de Tulsa y Desechables, aunque también nos recuerdan a otras portadas históricas del rock. El Surfer rosa de los Pixies, por ejemplo, es una institución por muchas cosas pero también por la fotografía de Simon Larbalestier que ilustra su portada. Pese a la inconografía flamenca y la evocación católica, la imagen se tomó en un estudio de Londres, inspirándose en algunas canciones del disco cantadas en español (Vamos, Oh My Golly!). La cruzada contra los pezones ha apuntado casi siempre el cuerpo femenino, pese a que también es bien famosa la portada de Los Brincos que fue descartada por la compañía Zafiro en el tramo final del franquismo por miedo a que aquellos torsos desnudos fuesen censurados. ¡Free the Nipple!
Y para escuchar:
‘AUTORRETRATO’. Aún no tenemos adelanto de lo que será el nuevo disco de Tulsa, por lo que es bueno recordar este introspectivo tema de su último trabajo, Ese extasis. Una lánguida sucesión de versos para explicar filias y fobias en un ejercicio de autoanalisis, para concluir que todos los autorretratos son falsos.